-
Ayuda al Discapacitado
Nadie escogió venir al mundo, y menos, de ser como es. Ni fuimos consultados al respecto. Ha reparado Ud. en los que viven con malformaciones congénitas? Más aun: cuántos, por el zarpazo de la epidemia, del infarto o del accidente se volvieron minusválidos, ¿Qué hacemos ahora con ellos? Sin cavilar un instante, decimos: ¡Ayudarlos, auxiliarlos, socorrerlos! Pero dirá alguno: Yo no tengo la culpa. Sin embargo, la Biblia afirma que todos somos culpables, “. . . porque el pecado está en aquel que sabe hacer lo bueno y no lo hace”.(Santiago 4;17). ¿Qué hacer entonces? . Amar, abriendo el corazón, para dar al necesitado. Haciéndolo así, el amputado tendrá su prótesis; el miope y el présbita, tendrán sus lentes, el sordo su audífono, el paralítico su silla de ruedas, el postrado su cama ortopédica, su andador, su silla sanitaria, sus bastones canadienses, etc., etc. Hasta la fecha por la gracia de DIOS se han asistido a 4106 hermanos y familiares.
Llámenos o venga a la sede para aumentar nuestro potencial. Solidarícese con el que sufre incorporándose en espíritu y verdad al Ejército Bíblico Uruguayo. “. . . y tu padre que ve en secreto, te recompensará en público”. (Mateo 6;4).